miércoles, 30 de marzo de 2016

La violencia como un aprendizaje desde la infancia

Podemos definir la violencia como el uso de la fuerza para conseguir un fin, especialmente para dominar a alguien o imponer algo. 

De forma más amplia, violencia es el tipo de interacción entre sujetos que se manifiesta en aquellas conductas o situaciones que, de forma deliberada, aprendida o imitada, provocan o amenazan con hacer daño o sometimiento grave (físico, sexual, verbal o psicológico) a un individuo o a una colectividad; o los afectan de tal manera que limitan sus potencialidades presentes o las futuras. Puede producirse a través de acciones y lenguajes, pero también de silencios e inacciones. 

Cuando actuamos con violencia es principalmente por un estado emocional de rabia o ira. Cuando hay un brote emocional, siempre hay algo que lo ha ocasionado, nunca sucede porque sí. Puede ser algo consciente (un insulto, una agresión física o verbal, una interpretación de una situación como amenazante o desagradable…) o subconsciente (un color, un olor, una palabra…). 

La violencia se origina en el niño, no en el adulto. Su neocórtex se ha formado, crecido y desarrollado para responder así. Además tiene un alto componente en la epigenética. 

Si establecemos unos hábitos adecuados, una gestión adecuada de emociones, este hábito quedará impregnado en el neocórtex del niño y por tanto muy difícil de cambiar en su adultez si ha creado un automatismo. 

Es importante trabajar en la misma línea con las familias…  por favor: coherencia.

 Un soporte con sólo 2 patas es muy inestable. 

Es desde el colegio donde podemos cambiar todo esto. 
NO EXISTE NINGÚN MOTIVO que justifique un acto violencia (sea la intensidad que sea). 

Si aprendemos desde pequeños a gestionar nuestras emociones, 1º dándoles salida, no se producirá acumulación emocional. 
Dicho de otro modo: siempre que me enfade (o tenga rabia, miedo, tristeza...) por cualquier motivo, debo expresarlo hacia algo, nunca hacia nadie (gritar o pegar a un cojín, saltar, golpear un saco de arena...). Si "cargo" contra una persona estoy facilitando más violencia. Todo enfado que no se alimente se desvanece más pronto o temprano, por lo que debemos darle su tiempo (ver método de resolución de conflictos para una gestión adecuada de emociones).

TODOS los conflictos deben de ser resueltos, TODOS. 

En un colegio o centro educativo, necesitamos la colaboración familiar para gestionar de forma adecuada los conflictos. Necesitamos los 3 apoyos... es necesario que la administración se implique, las familias se tienen que implicar SÍ o SÍ, porque luego cuando el niño crezca podrá ser un adulto cargado de emociones sin gestionar (en todos sus grados)... 
Y ES DESDE LA NIÑEZ CUANDO PODEMOS EVITARLO (cuantos más años tenga un individuo más difícil resulta cambiar y corregir pensamientos y hábitos).

El apoyo de las FAMILIAS es necesario… Deben aprender el mismo método de resolución de conflictos que se trabaje en el colegio, trabajándolo en casa de igual modo. 



ELEMENTOS FAVORECEDORES DE ACTITUDES AGRESIVAS 
  •  El DEPORTE (rendimiento y competición): es un “ARMA” PELIGROSA que no debe estar al alcance de los niños/as, y más aún sabiendo que genera mucha inestabilidad emocional que no podemos controlar. Desajusta las emociones y muchas veces con muy poco control de las situaciones. Genera adicción, tanto de forma activa (práctica) como pasiva (espectador). 
  • GANAR o PERDER: Son términos que conllevan a un resultado, a la diferenciación, a reconocer a unos sí y a otros no, a la separación, envidias involuntarias, llamadas de atención, conductas obsesivas no controladas… Recordemos que hasta los 7 años el neocórtex no está aún completamente desarrollado… los niños no piensan, actúan; no controlan sus actos, prevalecen las emociones… y hasta la pubertad no todos corrigen sus actitudes de la misma forma ni a la misma edad, cada uno tiene su etapa madurativa, por lo que en la etapa de primaria no es nada recomendado. 
  • CASTIGOS: Una conducta incorrecta tiene un origen que desconocemos. Primero averigüemos el por qué de esa respuesta agresiva, para que poco a poco aprendan a regularse por sí mismos (canalizar las emociones hacia algo, no hacia nadie). En casos de niños que no tengamos apoyo familiar, tratar de trabajar con ellos en una FORMA adecuada, pues siguen siendo víctimas de un sistema que no puede atenderles como necesitan. Ellos no son culpables, sino “víctimas” de una situación que “les ha tocado”… No obstante, siempre tendremos el tradicional Reglamento de Régimen Interno (RRI) que todos los colegios disponen (aunque debe de ser el último recurso).
  • AMBIENTE: Si el niño, por ejemplo, vive en un barrio donde la agresividad es vista como un atributo muy preciado, es apreciado cuando se le conoce como un luchador conocido y muy afortunado. Los agresores afortunados son modelos a quienes imitaran los compañeros (estos hábitos se pueden corregir). 
  • ALIMENTACIÓN: El azúcar provoca sobreexcitación, afectando a la conducta, favorece el TDAH… (BBC), al igual que los colorantes artificiales, saborizantes (Glutamato monosódico-E621). Hoy en día encontramos cantidad de productos y alimentos QUÍMICAMENTE tratdos para que sepan mejor, pero cuyos efectos en los niños son muy diversos, modificando su conducta en gran medida. 
  • INCOHERENCIA: Cuando el padre dice una cosa, la madre otra (cuando los padres desaprueban la agresión y, cuando esta ocurre, la castigan con su propia agresión física o amenaza al niño, por ejemplo); la maestra dice una cosa, la familia otra; la opresión por querer que el niño sea de una manera que no llega a ser (haz, no hagas; piensa, no pienses…), etc. 
  • ESTILOS EDUCATIVOS PARENTALES: El modelo que más agresividad causa en los niños es la “familia autoritaria”. 
La “familia permisiva” ocasiona inestabilidad emocional en el niño, bajo autocontrol y poco respeto a normas (Jiménez, Mª Jesús, 2010).
Si los padres son demasiado permisivos, crearán a niños maltratadores y déspotas, faltando al respeto a los propios padres y a otras personas. Luego crecerán creyendo que el mundo les pertenece, teniendo otras dificultades en su vida social, laboral… (estudio).
“Decálogo para hacer de tu hijo un delincuente”: Emilio Calatayud (Juez de menores de Granada, artículo).
  • MIMETISMO: Es una acción biológica filogenética. Los niños imitan a los adultos, pasa igual en el mundo animal. Usa una FORMA adecuada para que los niños te copien. Nadie enseña nada, son los niños quienes aprenden. 
SÉ LO QUE QUIERES QUE EL NIÑO APRENDA: cariños@, coherente, tono de voz agradable, mírale a los ojos, llámale por su nombre, dedícale tiempo y escucha…
LOS NIÑOS APRENDEN LO QUE SOMOS, NO LO QUE LES DECIMOS.
No podemos mandar callar a voces, no podemos decir que no fumen si yo estoy fumando, no puedo decirle que no grites a tu hermana cuando yo estoy gritando a tu madre… (volvemos a la coherencia)
Haz que vean lo mejor de ti:

  • OTROS: Nuestro alrededor está lleno de ejemplos facilitadores de violencia y microviolencia, que día tras día vamos acumulando y nuestro subconsciente registra todos y cada uno de los detalles. Si una situación nos altera a nosotros como adultos, nuestros hijos (alumnos, clientes...) por mimetismo recibirán dichos estados emocionales (es inevitable traspasarlo), por lo que lo recibirán gratuitamente. Así podemos encontrar: 
- Multimedia: películas, videojuegos, series, informativos… de acción, guerra, matanzas, engaños… que generan estados emocionales de rabia, miedo, tristeza… y por lo tanto interpretaciones en nuestro subconsciente que genera estados emocionales que se acumulan si no se gestionan de forma adecuada, conviertiéndose en situaciones de todo tipo que el tiempo termina aplicando (enfermedades, estados emocionales de descontrol, estrés, depresión, situaciones de vida...).
- Ambiente laboral: situaciones estresantes y desbordantes en el trabajo, compañeros/as que arrojan sus emociones contra nosotros, desacuerdos con jefes, clientes que descargan sus emociones por cualquier motivo…
- La palabra: Las palabras están cargadas de energía, por lo que cualquier palabra que digamos en cualquier momento, las percibirán las personas que tenemos al lado, que si no gestionan sus emociones se van acumulando en el subconsciente. Debemos tener especial cuidado con lo que decimos en cada momento, así pues debemos gestionar nuestras emociones de forma adecuada.

- Etc.
No somos perfectos (la perfección es interpretable y cuestionable según quién la defina), pero sí podemos tener el control de nuestra realidad, sólo tenemos que desearlo.

La violencia no se puede cortar así como así, es un camino lento y progresivo que debemos frenar poco a poco, y ser consciente del por qué de todo, porque tenemos el poder de reconducirlo.

No podemos cambiar el mundo, pero sí podemos cambiar nuestro mundo. Empecemos a gestionar nuestras emociones para que cada vez haya menos violencia en el mundo (no las acumulemos), porque en definitiva,

la rabia es simplemente una mera interpretación EQUIVOCADA de la realidad (un pensamiento),
porque hay más puntos de vista (otros pensamientos, culturas, razones...).

"Está mi verdad, tu verdad y luego está la verdad".

Dejemos de justificar la violencia de una vez, la violencia no tiene justificación alguna. La guerra nunca detiene otra guerra:
Devolver mal por mal (Ley Talión) nunca es repararlo, sino multiplicarlo.

A la PAZ nunca se llega luchando, podemos abrir los ojos de una vez, estamos en el año 2016 y seguimos en guerra… Con que una persona inicie un cambio, ya se ha cambiado.

Dejemos de echarnos las manos a la cabeza por lo que nos muestran los medios de información... ¿Quieres un mundo sin violencia?... Empieza tú a cambiarlo... Yo ya lo he hecho y sí funciona...
Haz que los niños vean e imiten lo mejor de ti…
 Es ahora el momento.



Para más información, puedes remitirte al libro escrito por mí y que desarrolla de una forma más amplia todas mis investigaciones hechas hasta el momento:

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